El concejal de Bienestar Social, Juan Carrión Tudela, y la técnico en Prevención de Drogodependencias, Lucía Gallego, han presentado el Programa de Reeducación psicosocial de infractores por delitos en el ámbito doméstico que pretende fomentar habilidades y valores alternativos a la agresión así como actitudes de relación positiva a las personas que están realizando trabajos en beneficio de la comunidad, como pena no privativa de libertad alternativa a la prisión.
Este programa va dirigido a las personas infractoras que han cometido actos de violencia hacia otras personas, generalmente en el ámbito doméstico, y que se encuentran realizando el Programa de Trabajos en beneficio de la Comunidad, para el cumplimiento –por vecinos de la localidad- de medidas judiciales, consistentes en trabajos en beneficio de la comunidad, a través de su incorporación en algún recurso o servicio municipal determinado.
Este proyecto surgió del convenio de colaboración entre el Organismo Autónomo de Trabajo y Prestaciones Penitenciarias y el Ayuntamiento de Totana para impulsar el cumplimiento de estas medidas consistentes en la realización por las personas infractoras de trabajos no retribuidos de utilidad pública en Beneficio de la Comunidad así como la obligación de asistir y participar en un Programa de Reeducación Psicosocial para agresores, dado que la mayor parte de las sanciones viene originada por delitos de violencia de genero y/o doméstica.
Al respecto, el edil informó que hasta la fecha han sido 16 personas las que han desarrollado dichas medidas judiciales realizando tareas de utilidad pública y comunitaria tales como los de pintura de equipamiento público, limpieza de instalaciones y tareas de consejería en servicios municipales, y en este momento hay un total de 6 personas realizando el Programa de Reeducación psicosocial de infractores por delitos en el ámbito doméstico.
Este programa, que se pone en marcha, de carácter educativo, terapéutico y rehabilitador, se desarrollará en dos niveles de actuación, primero de forma grupal, a través de ocho sesiones de una hora y media de duración con una periodicidad semanal; y posteriormente, de forma individual, que se desarrollará de acuerdo a los tiempos establecidos por el equipo de intervención.
El contenido del programa abarca diversas temáticas tales como la asunción de responsabilidad, el reconocimiento del sentimiento, la expresión y el manejo de los mismos, así como facilitar a la persona infractora recursos, estrategias y habilidades personales y sociales alternativas a la agresión. Por último, se tratará que el agresor empatice con la persona agredida, a través de la comprensión de los sentimientos de los demás.
De esta manera, y una vez finalizado el programa, si persistiesen los problemas de conducta, se derivaría el caso a otros recursos especializados tales como el programa de Familia y Convivencia y Servicio de Apoyo Psicosocial, entre otros.
Finalmente, se llevará un estricto control y seguimiento tanto de la asistencia mostrada por las personas infractoras como de las incidencias que pudieran acontecer y al finalizar el curso se llevará a cabo una evaluación global.
El concejal ha manifestó su satisfacción por la puesta en marcha de esta iniciativa, incidiendo en el carácter positivo del mismo al suponer “no sólo una medida alternativa al ingreso en prisión sino un despliegue complementario de recursos sociales en pro de la reinserción social y afectiva de estas personas”.
